¿Qué manía con que las brujas han de ser malvadas, alocadas, desdichadas, mal habladas, mal encaradas, averrugadas, y muchas otras cosas parecidas!
Brujas que hacen picias, que embrujan porque sí, que realizan pociones y te convierten en ratones, más malas que la sarna y feuchas de cabeza a los pies.
Pues aquí está mi Bruja, Piruja, y pese a su nariz prominente es la mar de requetesalada.
Y, pese a lo que pueda parecer, no da miedo, ni cuando sale de su cucurucho y asoma su cabeza.
Esta bruja está hecha en algodón 100%. La cabeza rellena de poliéster. Un cono de cartón en donde esconder y una varilla de madera para sacarla cuando quieras.